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Un cáncer renal en paciente joven

 

PREGUNTA.- No es la primera vez que me dirijo a usted para hacerle una consulta. Hace un año que a mi marido le diagnosticaron un adenocarcinoma renal de células claras, seguramente lo recuerde porque sólo tenía 28 años, todo ha ido fenomenal después de la nefrectomía y de momento está limpio por todas partes, que es lo importante.

Ha tenido su segunda revisión y todo está perfecto, pero hay dos cuestiones que me preocupan, la primera son unos quistes que tiene en el hígado, según nos comento el urólogo ya se los vio en la otra revisión pero no nos dijo nada porque según él nos lo tomamos todo a la tremenda y no hay que darle ninguna importancia, ¿es posible que sean posibles metástasis o si fuera así tendría alteraciones en los análisis? De momento las analíticas están perfectas.

La segunda cuestión que me trae de cabeza, es la tos persistente que tiene mi marido desde hace más de un año. He leído en alguna otra respuesta que ha dado a algún consultante de EL MUNDO, que la tos es uno de los síntomas de las metástasis, pero luego en sus pruebas siempre está limpio (afortunadamente), ¿puede ser que aparezca la tos antes de que den la cara las metástasis en el TAC y con tanto tiempo de antelación? ¿Qué otra cosa puede producir una tos persistente que no aparezca en una analítica completa?

RESPUESTA.- Los recuerdo a ustedes bien porque, como dice, un cáncer renal de esa clase por debajo de los 40 años es cosa bien rara. Me alegro mucho de tener noticias de su marido y saber que todo anda bien; cuanto más tiempo pase, más improbable resulta que la enfermedad regrese.

Los quistes en el hígado son frecuentísimos. Ni siquiera son una enfermedad, tan sólo una anomalía que miles de personas albergan sin saberlo, a menos que se hagan un escáner o una ecografía por cualquier motivo. Se distinguen a la legua de las metástasis y nunca malignizan. Es rarísimo que unos quistes se confundan con metástasis, máxime si no han variado de número, aspecto o tamaño entre esta TAC y la anterior. No hay más que seguir vigilándolos.

De nuevo, la tos solo suele aparecer cuando las metástasis ya están desarrolladas y se aprecian claramente, no ya en el escáner, sino en una simple placa de tórax. También hay que estar al tanto y no bajar la guardia, pero si las imágenes de los pulmones en los escáneres están limpias, deben ustedes tranquilizarse. Las causas benignas más comunes de la tos persistente son la bronquitis crónica, algunas inflamaciones de la laringe, y ciertos medicamentos, como algunos de los empleados para la hipertensión arterial.

Ricardo Cubedo
Especialista en Oncología de la Clínica Universitaria Puerta de Hierro de Madrid